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Cierre

        Como ya señalamos, la fábrica de cerillas de A Coruña fue la única de la ciudad que logró continuar después de que se declarase el monopolio estatal del fósforo, pero que consiguiera sobrevivir no significa que tuviera un camino fácil. 

 

          La historia de la fábrica engloba tres cierres antes de su clausura definitiva. El primero es a causa del ya mencionado incendio de 1906. A pesar de este incendio, la fábrica logra seguir adelante; hasta que se topa con un nuevo obstáculo. El contrato que tenía con el Estado, expiró; lo que provoca que la fábrica vuelva a cerrar en febrero de 1908. Fue en marzo cuando el dueño fue capaz de reemprender la fabricación de cerillas. El tercer cierre ocurrió durante la Guerra Civil, cuando la fábrica se vio obligada a cerrar varios meses, hasta 1938. La fábrica de Arambillet consiguió abrir pero, perdió a muchas de sus empleadas, ya que, al estar en vigor el régimen franquista; todas las trabajadoras tuvieron que presentar un certificado de adhesión al Movimiento Nacional, cosa que muchas no hicieron.

 

          El punto y final de esta fábrica es en la década de los 50 del siglo XX ¿Por qué se vió obligada a cerrar después de tantos años de lucha? Sencillamente, la gente dejó de comprar cerillas, debido a que, un nuevo invento vino a sustituirlas; los mecheros.

 

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       La producción de cerillas nunca fue algo fácil, y en esta época tenía dos problemas muy marcados. El primero era que la materia prima que constituye a las cerillas no es fácil de encontrar. Y el segundo es que los mecheros se empezaron a popularizar por todo el mundo. A pesar de esto, la fábrica de cerillas de A Coruña consiguió permanecer abierta durante más de 75 años, pasando por dos guerras mundiales; lo que la hace destacar. 

Imagen empleada por "La Voz de Galicia"

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