top of page

As Misteiras

         Dentro de la fábrica nos adentraremos en el misterioso mundo de las “misteiras”. Estas son las cerilleras de dicha fábrica, un colectivo de mujeres conocidas popularmente de esa forma. Comenzaron siendo aproximadamente cien, pero fueron creciendo en número al mismo tiempo que aumentaba su lucha por un trabajo digno.

​

            En cuanto a sus salarios, estos no eran muy generosos. Las “misteiras” trabajaban a destajo, es decir, cobraban por lo que producían. Esto provocaba que en algunas épocas no cobraran por falta de materia prima o una alteración en el mercado. Entre sus sueldos más habituales se encontraban algunos de entre 1,50 y 3 pesetas por día mientras que sus compañeros masculinos, muy escasos, cobraban entre 2,75 y 4 pesetas, siendo así un ejemplo más de la discriminación salarial de las mujeres. Todo esto propició el comienzo de una lucha para conseguir unas condiciones acordes a su trabajo.

Captura2.PNG

Imagen empleada por "La Voz de Galicia"

           Estas mujeres tenían una condición laboral pésima que se veía reflejada en sus diez horas diarias de trabajo, seis días a la semana (sin contar horas extra). Además, las condiciones en las que trabajaban eran insalubres, la poca iluminación en los puestos de trabajo sumado a la poca ventilación del recinto empeoraban las condiciones en las que tenían que trabajar las empleadas. Debían comer allí al mediodía y aprovechaban para calentar la ropa tras una caminata,  en los días de lluvia, hasta el trabajo.

    Entre las acciones reivindicativas llevadas a cabo por las “misteiras” destacaría la organización y realización de huelgas, llegando a estar hasta dos meses sin producir cerillas. Esto era posible gracias al apoyo de otros colectivos de la ciudad que aportaban fondos cuando estas operarias no cobraban. Aparte de las huelgas, otros métodos fueron empleados para su fin común, como paradas de producción o creación de sindicatos. Cabe destacar que también eran partidarias de la ofensiva contra abusos de los que ellas mismas eran víctimas y en la defensa de su dignidad. 

09-1024x743_edited.jpg

Las "misteiras" y compañeros

          Debido a lo mencionado previamente, estas trabajadoras y luchadoras se convirtieron en el colectivo con más participación societaria ya que contaban con distintos sindicatos y formaciones que fueron evolucionando. Comenzaron con “La Unión”, una sociedad de socorros mutuos fundada a principios del siglo XX (23 de marzo de 1900) y que al año siguiente ya contaba con un reglamento que seguir. Más adelante, en octubre de 1916, crearon una sociedad para los trabajadores de la fábrica de cerillas, llamada “La Lucha”. Una vez constituida esta última, se iniciaron todos sus movimientos en busca de mejorar su situación. 

 

         A pesar de estas pésimas condiciones y de la continua batalla entre sindicato y fábrica, es innegable el alto nivel de calidad de las cerillas producidas que, aunque contaban con épocas sin buena materia prima, se podían considerar como una de las mejores del país. Además, hay que recalcar que la pelea constante de estas operarias fue la chispa que causó una mejoría en la situación laboral de la mujer en aquella época.

Situación de la mujer 

    No hace falta indagar mucho para descubrir que la situación en la que vivían las mujeres en el siglo XIX-XX era, cuanto menos, complicada. La consideración de la mujer como un ser inferior al hombre era lo habitual. No se habla mucho de ellas a lo largo de la historia, porque no se consideran importantes; pero eso empieza a cambiar sobre el siglo XIX. En el siglo XIX las mujeres tenían permiso para leer y escribir. Sin embargo no podían votar ni participar en la política, se veían reducidas al ámbito hogareño. En este siglo empiezan a surgir mujeres que buscan algo más de lo que se supone que deberían hacer; mujeres que escriben, trabajan, pintan, estudian, etc. Todas ellas enfrentándose a todo el resto de personas que miraban hacia ellas con desprecio. A principios del siglo XX la cosa no cambia mucho, la mayoría de mujeres siguen muy centradas en las tareas domésticas; es sobre 1950 que empiezan a verse a mujeres que luchan por sus derechos. Saldrán a la calle a exigir una igualdad de derechos entre ambos sexos, consiguiendo poco a poco pequeños avances. Empieza a haber más mujeres en las universidades, trabajos, etc. Por esto sabemos que el trabajo de las “misteiras” no fue fácil y merece ser conmemorado.

bottom of page